Tesla ha puesto en marcha su esperado servicio de robotaxis en Austin (Texas), marcando el inicio de una nueva era para la compañía. Aunque por ahora se trata de una fase piloto con apenas una docena de vehículos, el anuncio ha tenido un fuerte impacto en el mercado: las acciones subieron cerca de un 10 %, impulsadas por la expectativa de que esta tecnología escale a gran escala en los próximos años.
Cada viaje tiene un coste fijo de 4,20 dólares y los vehículos, modelos Tesla con sistema Full Self-Driving, circulan en una zona limitada y con supervisión. Elon Musk ha afirmado que esto es solo el comienzo, y que la compañía espera alcanzar un millón de robotaxis activos para finales de 2026, incluyendo su esperado modelo sin volante, el “Cybercab”.
Pese al entusiasmo del mercado, algunas voces mantienen la cautela: firmas como UBS o Guggenheim creen que el valor ya estaba descontado y alertan sobre los riesgos regulatorios y tecnológicos.
¿Estamos ante un nuevo punto de inflexión para Tesla o es solo ruido mediático? Los próximos meses serán clave para saber si esta apuesta autónoma se convierte en la próxima revolución de la movilidad… o en otra promesa aún por cumplir.